Vi el Madrid-Barça. Mientras los goles caían en la puerta de Casillas una parte de mi se alegraba. Otra se entristecía, el Barça iba ganando.
Y es que soy absolutamente incapaz de celebrar goles del Barcelona, aunque se los haga al Madrid. Vale, sí, reconozco que se me escapó una sonrisa cómplice cuando pensé en el Marca, en el As, en Roncero, en Morata y en algún que otro periodista de corazón blanco a los que no aprecio, pero seguí sin alegrarme porque pensé que en unos días saldré a la calle en mi Valencia y veré a gentes vestidas de blaugrana, pintadas con sus colores, que enchufaré la radio y el estribillo de su himno golpeará mis pabellones auditivos.
Mi admirado Cesar Ferrando, una vez, en la rueda de prensa post-partido del Albacete, equipo al que entrenaba, decía que él venía de una ciudad (Valencia) donde la gente había dejado de ser del Barça y del Madrid y que eran del equipo de la ciudad. Decía el entrenador que eso era precioso y yo pienso que en efecto lo es. Creo que si un valencianista se alegra de la victoria de uno de ellos, siempre y cuando ese resultado no afecte a nuestros intereses en ningún sentido, empequeñece a nuestro club, reconoce que esos ya no son nuestros rivales.
Y aunque es cierto que este año no son nuestros rivales, atravesamos un periodo de crisis deportiva y financiera, pero, caray, somos el Valencia, el que fue hace poco el mejor equipo del mundo, el que jugó dos finales de Champions League, el que conquisto la liga española por delante del Madrid de los galácticos, el equipo que no hace tanto, mediante disciplina táctica, con un público entregado y unos jugadores voluntariosos demostró que podía ser tan grande como ellos. Tenemos a Villa, hemos tenido a Kempes, Claramunt, Fernando Gomez, el Piojo López o Pablo Aimar, jugadores tan grandes como lo han sido los de los equipos de las grandes capitales españolas.
No somos ni del Madrid, ni del Barça, porque somos del Valencia y no los necesitamos. Los combatiremos, los volveremos a vencer cuando los dirigentes sienten la cabeza, cuando recordemos que con dinero o sin dinero, como cantaba Alejandro Fernández, seguimos siendo el Valencia, cuando nuestro entrenador comprenda la grandeza del banquillo donde se sienta, cuando los jugadores sientan la responsabilidad de lucir nuestro escudo en su pecho.
Amunt Valencia!
3 comentarios:
El fútbol español está polarizado, es evidente, pero nosotros debemos volver a ser la alternativa
Con dinero o sin dinero.... fijo que tú habías entrado en el programado del blog de checheche para....
Pues yo celebré cada uno de los goles del Barsa como propios, y no soy del Barsa. Esto es lo que consiguen los medios mesetarios y los prepotentes madridistas y todo lo que los rodea. Creo que fué Valdano el que dijo que el Madrid es el club con mas seguidores en el mundo, y yo añado: también es el que mas enemigos tiene, con diferencia.
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