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De entre todas las facetas del Koeman entrenador, me gusta sobremanera su control del vestuario. Tal vez recalco este aspecto en contraposición a la actitud del anterior entrenador. Un vestuario de primera es un mundo anormal. A veces, reclamamos de gente muy joven una profesionalidad que en otros campos somos conscientes de que no podemos reclamarla. A veces olvidamos que tratamos con jugadores de edades comprendidas entre los 18 y los 32 años. Gente que ya ha ganado mas dinero del que ganaremos la mayor parte de los humanos en nuestra vida. Gente a la que les dan las mejores mesas en los restaurantes y encima no les cobran la cena. Muchachos que están rodeado de gente que se quiere aprovechar de su fama. De mujeres que se les meten en la cama. Gente con un nivel de vida superior a todos los de su edad, que les hace relacionarse en un ámbito distinto al que lo harían si estuviesen en una universidad o en una fabrica.
Esta semana hemos sido noticia por las sanciones a Miguel y Fernandes por una bronca en un pub de Valencia. En estos momentos los jugadores tienen que decidir si acatar la sanción y darse cuenta de que son profesionales y su actitud no ha sido la correcta o por el contrario, tirar por el camino del medio y esperar a ser traspasados en junio. Ahí darán contestación a la pregunta si son validos o no para este club. Si merecen vestir esta camiseta o por el contrario pasaran sin pena ni gloria como otros jugadores.
Diarra en el Vitesse llegó a pensar que su entrenador, Ronald Koeman era racista. Hoy le llama "papá blanco" y juega en el Real Madrid. Diarra tomó la mejor decisión, se esforzó y esta triunfando.
Por muy figura que se sea, el jugador debe acatar la sanción, por su bien y por el bien del club del que forma parte. Algunos jugadores, no aciertan a entender a quien le corresponde ejercer la autoridad y por ello terminan perjudicándose a ellos mismo y en el camino perjudican a los colores que visten.
El ejercicio de esta autoridad es complicado. Un entrenador debe ser justo y aplicar la misma vara de medir con sus figuras o con los jóvenes valores. No puede ser en exceso rígido porque está administrando un plantel de chavales jóvenes, que como todos hemos hecho, harán sus trastadas mas o menos importantes, pero tiene que ser severo en aquellas circunstancias que afecten al rendimiento deportivo y al buen nombre del club. En cuanto a esto recuerdo una anécdota que me contaron de Ferrando en el Atlético de Madrid: Los jugadores tras el entrenamiento fueron a hidratarse al carro que portaban los utilleros. Al beber lanzaban las botellas de plástico alrededor del carro, por lo que Ferrando paró el entrenamiento, prohibió a los utilleros recogerlas y obligó a los jugadores a ponerlas en el mismo sitio de donde las habían cogido. Al ser preguntado por la anécdota Ferrando dijo que hacía esto cuando entrenaba en regionales "¿porque no iba a hacerlo ahora? Los jugadores son exactamente lo mismo que eran aquellos, solo que estos ganan mas dinero".
Esta semana hemos sido noticia por las sanciones a Miguel y Fernandes por una bronca en un pub de Valencia. En estos momentos los jugadores tienen que decidir si acatar la sanción y darse cuenta de que son profesionales y su actitud no ha sido la correcta o por el contrario, tirar por el camino del medio y esperar a ser traspasados en junio. Ahí darán contestación a la pregunta si son validos o no para este club. Si merecen vestir esta camiseta o por el contrario pasaran sin pena ni gloria como otros jugadores.
Diarra en el Vitesse llegó a pensar que su entrenador, Ronald Koeman era racista. Hoy le llama "papá blanco" y juega en el Real Madrid. Diarra tomó la mejor decisión, se esforzó y esta triunfando.
Por muy figura que se sea, el jugador debe acatar la sanción, por su bien y por el bien del club del que forma parte. Algunos jugadores, no aciertan a entender a quien le corresponde ejercer la autoridad y por ello terminan perjudicándose a ellos mismo y en el camino perjudican a los colores que visten.
El ejercicio de esta autoridad es complicado. Un entrenador debe ser justo y aplicar la misma vara de medir con sus figuras o con los jóvenes valores. No puede ser en exceso rígido porque está administrando un plantel de chavales jóvenes, que como todos hemos hecho, harán sus trastadas mas o menos importantes, pero tiene que ser severo en aquellas circunstancias que afecten al rendimiento deportivo y al buen nombre del club. En cuanto a esto recuerdo una anécdota que me contaron de Ferrando en el Atlético de Madrid: Los jugadores tras el entrenamiento fueron a hidratarse al carro que portaban los utilleros. Al beber lanzaban las botellas de plástico alrededor del carro, por lo que Ferrando paró el entrenamiento, prohibió a los utilleros recogerlas y obligó a los jugadores a ponerlas en el mismo sitio de donde las habían cogido. Al ser preguntado por la anécdota Ferrando dijo que hacía esto cuando entrenaba en regionales "¿porque no iba a hacerlo ahora? Los jugadores son exactamente lo mismo que eran aquellos, solo que estos ganan mas dinero".
2 comentarios:
No hay entrenador que imponga disciplina por mucho tiempo si los de arriba no le apoyan... y eso en este Valencia es casi tarea imposible.
Little
Fue el fallo más grande de QSF. Si el pensaba que al equipo le transmitía más de lo que este le daba en el campo, ¿a que esperaba a hacer límpia para buscar a otros que le diesen lo que el pedía?
No entiendo...
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